“En general, las prendas que vestimos constituyen un barómetro más fiable para medir nuestra forma de ser que cualquier forma de expresión verbal. Aunque sea un tópico, es cierto que la primera impresión que recibimos de una persona viene marcada por su apariencia…
Hoy la calle es la jungla del consumismo y cada vez son más las tribus urbanas que en ella se desenvuelven…
Los consumidores viven en las calles y tienen la vista puesta en las pasarelas urbanas, lejos de los circuitos de moda convencionales. Las calles no son un escaparate internacional, pero siguen siendo un test fiable de los códigos estéticos.
No solo las prendas que vestimos, sino también la forma en que decoramos y amueblamos nuestras casas, el modo en que cocinamos y servimos la comida, o la actitud con que realizamos las tareas cotidianas, son proyecciones de la imagen y el estilo con los que deseamos ser relacionados.”
(Marcar tendencia. Ilustradores de moda contemporáneos- Martín Dawber – Ed. G.G., Barcelona – 2005)
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